¿Cómo podemos evitar caer en la trampa
de las distracciones que nos alejan del propósito de Dios?
La oración diaria es la
comunicación directa con Dios. Si nos alejamos de él dejamos de recibir sus
bendiciones y el enemigo trata de poner obstáculos para alejar nuestra comunión
con Dios. Podemos empezar con unos minutitos diariamente y podemos ir
aumentando nuestra vida de oración.
“No se duerman; oren
para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes están dispuestos a
hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.”
Mateo 26:41 (Traducción en Lenguaje Actual - TLA)
Jesús nos dejo un modelo de oración,
sencilla y espontanea que podemos emplear en el momento que necesitemos de su
amor y compañía, debiendo orar así:
“Padre nuestro que estás en el cielo:
Que todos reconozcan que tú eres el verdadero Dios.
Ven y sé nuestro único rey.
Que todos los que viven en la tierra te obedezcan, como te obedecen los que
están en el cielo.
Danos la comida que necesitamos hoy.
Perdona el mal que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos hacen
mal.
Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos
del poder del diablo.”
Mateo 6: 9-13 (Traducción en Lenguaje Actual - TLA)
Al Leer la Biblia recibimos
nuestro alimento espiritual para el alma. Mejorando nuestros pensamientos, guiándonos
en nuestras decisiones; Con ayuda de Dios podemos empezar con un capitulo
diario y aumentar la lectura poco a poco para fortalecer las áreas que veamos débiles
en nuestra vida.
“Tu palabra es una
lámpara
que alumbra mi camino”
Salmos 119:105 (Traducción en Lenguaje Actual - TLA)
Congregarnos nos anima unos con otros,
no apagando el Espíritu de Dios que mora en nosotros, sino que juntos avivamos
el fuego del Amor de Nuestro Padre día tras día que somos fieles al buscar
agradarlo a Él con la manifestación de nuestras vidas.
“No dejemos de
congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y
con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca”.
Hebreos 10:25 (Nueva Versión Internacional – NVI)
“Y perseverando
unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos
con alegría y sencillez de corazón”
Hechos 2:46 (Reina Valera – RV1960)
Actitud de servicio hacia otros, mantiene
nuestra mente ocupada, siendo parte activa en el cuerpo de Cristo. Jesús dio el
mejor ejemplo sirviendo. Entonces Sabes que es lo mejor para ti buscar de
Él para que no te apartes del camino que Dios ha preparado para ti, limpiando
aquello que te alejaba de su presencia y sanando heridas con Amor y Poder.
“Por eso, mientras
estaban cenando, Jesús se levantó de la mesa, se quitó su manto y se ató una
toalla a la cintura. Luego echó agua en una palangana, y comenzó a enjuagar los
pies de sus discípulos y a secárselos con la toalla.”
Juan 13:4-5 (Traducción en Lenguaje Actual – TLA)
Siendo humildes podemos ver el que el
mundo es transformado empezando desde nosotros mismos con amor y dispuestos a
compartir de ese amor recibiremos mucho más de lo que esperamos recibir, porque
en nuestro interior hay un rayo de esperanza que inunda nuestro ser para
renovar aún a aquellos que están cerca nuestro.
Cuando los otros diez
discípulos supieron lo que Santiago y Juan habían pedido, se enojaron con
ellos. Entonces Jesús los llamó a todos y les dijo:
—Ustedes saben que
los que se sienten jefes y grandes señores se portan como los amos del mundo e
imponen su autoridad sobre todos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al
contrario, si alguien quiere ser importante, tendrá que servir a los demás. Si
alguno quiere ser el primero, deberá ser el esclavo de todos. Yo, el Hijo del
hombre, soy así. No vine a este mundo para que me sirvan, sino para servir a
los demás. Vine para liberar a la gente que es esclava del pecado, y para lograrlo
pagaré con mi vida.
Marcos 10:41-45
(Traducción En Lenguaje Actual – TLA)
¡MI IDENTIDAD ESTA EN
JESÚS!
Reflexión sobre la Identidad, el
Propósito y el Destino.
* Había una vez, en algún lugar que
podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un
hermoso jardín con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos
ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un
árbol profundamente triste. El pobre
tenía un problema: "No sabía quién era".
-
"Lo
que te falta es concentración", le decía el manzano. "Si realmente lo
intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves que fácil es?"
-
"No
lo escuches", exigía el rosal. "Es más sencillo tener rosas... y ¿ves
que bellas son?"
-
El
árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían. Y como no lograba ser
como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín
el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol exclamó:
-
"No
te preocupes, tu problema no es tan grave. Es el mismo de muchísimos seres en
la Tierra. Yo te daré la solución: No dediques tu vida a ser como los demás
quieren que seas. Sé tú mismo... conócete. Y para lograrlo, escucha tu voz
interior". Y dicho esto, el búho desapareció.
-
"¿Mi
voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?" Se preguntaba el árbol
desesperado, cuando de pronto, comprendió todo. Y cerrando los ojos y los
oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:
-
"Tu
jamás darás manzanas porque no eres un manzano; ni florecerás cada primavera
porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y
majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje...
“TIENES UNA MISIÓN ¡CÚMPLELA!”.
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de
sí mismo, y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así
pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y tú... ¿has dejado
crecer el roble que hay en tí? En la vida todos tienen un propósito que
cumplir, un espacio que llenar. No permitas que nada ni nadie te impida conocer
y compartir la maravillosa esencia de tu ser. Pero sobre todo recuerda, jamás
podrás conocer el propósito de tu vida, si no rindes tu corazón a aquel quien
te creó. Conocer a Dios es encontrar Su propósito para nuestra vida. Sé como el árbol del Salmo 1:3, "que
da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae..."